24/5/16

LOS PRIistas HECTOR Y PEPE YUNES Y LA CONEXIÓN CON EL NARCO.



Son mis “relaciones”. Acudan a ellos, instruye Pancho Colorado, recluido en la prisión de Bastrop, Texas, condenado a 20 años por ligas con Los Zetas. Acudan a Héctor y Pepe Yunes, dice, para salvar un contrato para su empresa.

Por Mussio Cardenas Arellano/Informe Rojo

Acudan con los senadores, cultiven mis relaciones, reclama a su hijo, Francisco Colorado Cebado, según lo identifica un documento interno de la cárcel norteamericana, en que se transcribe y se traduce el contenido de tres conversaciones telefónicas, el 19 de febrero de 2015.
Llévenle la “hielera” a Héctor Yunes, hoy candidato del PRI. Lleven el dinero. Lleven el “marisco” a Pepe Yunes. Son las frases de Pancho Colorado que se leen en la conversación contenida en el documento de 45 páginas que revela cómo obtiene contratos el dueño de la empresa ADT Petroservicios. Cuando pierde, arrebata.
Sirven esas conversaciones a la justicia norteamericana para establecer la proclividad de Pancho Colorado a los sobornos, citados los nombres de los senadores priistas por Veracruz, señalados de tener amistad con el empresario, narcoempresario, enjuiciado también por pretender sobornar a un juez.
Su hijo Panchito Colorado Cebado sostiene que fue un caso prefabricado, cuando se les acercaron a él y a Ramón Segura, contador de ADT Petroservicios, agentes del gobierno que se hicieron pasar por abogados activistas. Les pedían dinero para evitar que a Pancho Colorado le aplicaran la pena máxima. Dice que no pagaron, y aún así los detuvieron, enjuiciados por intento de soborno al juez. Un año pasaron en varias prisiones. Firmaron un acuerdo de culpabilidad y se les deportó a México, esposados, más de un mes después de la última sentencia.
Son los primeros años de Pancho Colorado en la prisión de Bastrop, y no cambia. Su reclusión es de 20 años por lavar dinero de Los Zetas, presuntamente obligado por Miguel Ángel Treviño Morales, el número 2 de la organización hasta que al Z-40 lo tuvo en sus manos la Marina, refundido hoy en una cárcel, sujeto a juicio, camino a la extradición.
Lavaba dinero Pancho Colorado, según determinó la justicia norteamericana. Adquiría caballos cuarto de milla, ganadores en las principales carreras de Estados Unidos, en Texas, Oklahoma y Nuevo México, multiplicando los millones de Los Zetas con carreras amañadas… hasta que la DEA les cayó.
Acusado, señalado, implicado, se entregó Francisco Colorado en junio de 2012, con el argumento de que era él era la víctima, obligado a operarle al narco, lavándole el dinero. Suponía que llevaría el juicio bajo fianza y sería exonerado.
No fue así. Calculó mal y hoy purga una condena de 20 años de prisión, sentenciado en septiembre de 2013, llevado su caso a una corte de apelación y confirmada el 10 de diciembre de 2015.
Amigo de Fidel Herrera Beltrán, quien en su gobierno en Veracruz le otorgó más de 20 contratos y le vendió parte de la reserva territorial de Coatzacoalcos a precio de ganga, Pancho Colorado confesó al periodista Ciro Gómez Leyva ser de quienes financiaron la campaña de Javier Duarte al gobierno estatal, en 2010.
De ahí la hipótesis de los recursos procedentes del narco en la campaña priista, como en 2004 cuando Fidel Herrera era candidato del PRI al gobierno de Veracruz. Según la corte de Austin, de acuerdo con el contador del Cártel del Golfo, José Carlos Hinojosa, la aportación de los malosos para el de Nopaltepec fue de 12 millones de dólares.
Reza Pancho Colorado que él, con su inmensa humanidad, con su soberbia y su altivez es amigo de Yunes. Y es real. Es amigo de Héctor Yunes Landa y de José Francisco Yunes Zorrilla, los senadores priistas por Veracruz.
Lo dice Pancho Colorado y lo contiene el documento en que se transcribe y se traduce el contenido de dos llamadas con su hijo, Francisco Colorado Cebado, y una con Ramón Segura, su operador principal, ambas vía telefónica.
Un resumen inicial del documento cita los nombres de los dos senadores Yunes. Habla de sobornos. Habla de dinero. Habla de sobornos a medios de comunicación. Se enmarca en la conducta de Pancho Colorado y su poder corruptor.
Dice el documento de Bastrop:
“En estas dos llamadas, el acusado regaña a su hijo por no seguir sus instrucciones en sobornar a dos senadores de su estado natal Veracruz, Héctor Yunes y José (Pepe) Yunes).
“El acusado mandó a CEBADO (Francisco Augustin Colorado Cebado, su hijo) a llevar ‘dinero’ para mantener los contactos del acusado (los senadores (Héctor) Yunes y (José) Yunes)… Una simple búsqueda en internet revela que estos dos ‘senadores’ son de hecho senadores del PRI del estado natal del acusado, Veracruz.
“Además de la presentación previa del gobierno que contiene la evidencia de los sobornos del acusado a los medios de comunicación a cambio de la cobertura de noticias favorables; pruebas que demuestren el pago de sobornos a Fidel Herrera, el gobernador del Estado de Veracruz.
“Estos esfuerzos y sus actuales sobornos a políticos mexicanos y funcionarios de Pemex están en contraste directo a las afirmaciones sin fundamento de los demandados (Pancho Colorado, su hijo y Ramón Segura) de que él fue objeto de coacción en manos de Los Zetas tanto por su condena por lavado de dinero o lo que respecta a esta ofensa (sobornar a un juez federal)”.
Primera conversación. Pancho Colorado reclama a su hijo que no hubieran acudido a los senadores Héctor y Pepe Yunes. Pierde su empresa una licitación y muestra el colmillo para echarla abajo, usando “relaciones”, la de los Yunes rojos y la del subdirector en la Zona Norte, en la subsidiaria Pemex Exploración y Producción, Plácido Gerardo Reyes Reza.
Textual, dice la transcripción:
“Por eso yo les dije a ustedes, «Tienen que ir a ver a, a Héctor Yunes, tienen que ir a ver a Pepe Yunes. Tienen que decirles, para que le digan a Amalio para que me cuide eso… Tienen que acercarse con Reyes-Reza (funcionario de Pemex, acusado de actos de corrupción), tienen que hacer esto, tienen que hacer aquello, y tienen que esto y todo eso» y pensaron que con solamente con, con, con cumplir con los puntos lo iban a lograr. Y no… Fíjate que no… porque entonces lo que hubieran hecho ¿sí? aquellos movieron sus relaciones ¿sí? y de no traer nada y no quedar mal, los ponen arriba, ¿sí? y como como nosotros no movimos a mis relaciones… ¿sí? así es cómo funcionan las cosas, todavía tienen mucho que aprender… ¿sí? No vayan a pensar que saben mucho… ¿sí? Bueno”.
Más adelante, sigue el regaño de Pancho Colorado a su hijo:
“Y ¿me explico? ¿cuántos meses tiene que te dije que tenías que ver a Pepe y a Héctor y a hacer relaciones con ellos? ¿cuántos meses tiene que te dije?”.
Concreta:
“Vaya alguien, y, y, y, y, cultive mis relaciones porque si no nunca van a tener trabajo se les van a poner las cosas más difíciles…”.
Irritado, instruye Pancho Colorado, habla de un café, de una hielera, de dinero para Pepe y Héctor, los Yunes rojos:
“Está de la chingada, cabrón ¿sí? está de la chingada… a ver si, si, si para otra me empiezan a hacer un poquito más de caso y empiezan a, eh, a, ahora que vayas a México a ver si te da tiempo para, para, para platicar con Pepe Yunes, para invitarle a un café, para llevarle, este, lo que te dije, para dar con Héctor Yunes para llevarle la, la hielera… Y si no manda alguien, el que sea, que, que les de la, la atención que sea Ramón que pero hay que darle dinero… ¿sí?”.
Y acota:
“Pero Pepe Yunes si es amigo mío desde antes que, que, que de Gustavo Galindo. Lo que pasa es que nadie lo ha atendido… ¿sí? ¿sí me explico?”.
Segunda conversación. Habla Pancho Colorado de golpear en los medios de comunicación a un tal Chanza, con fotografías. El operador es Juan Carlos Molina, presunto líder del sector campesino en Veracruz, un apéndice del PRI, compadre de Héctor Yunes, el candiDuarte.
“Bueno pues, sí, ya los datos bien, o sea, bien, bien los datos para un, un buen putazo, sí, tiene que salir también en Veracruz, hay que buscar un periódico también en Veracruz, por medio de Juan Carlos Molina ¿sí? para que le salga el putazo en Veracruz, porque ahí les va a doler de a madre… ¿sí?”.
De nuevo cita los nombres de Héctor y Pepe Yunes:
“Ajá, mañana en Veracruz y el miércoles que va a estar el licenciado de los Estados Unidos, va a estar, va a estar en México, tienes que estar el miércoles y jueves. Y tienes, tienes que buscar en México y darte tiempo … para para llevarle, para llevarle, este, marisco a… a Pepe Yunes y Héctor Yunes ¿sí? Y tienes que estarlos viendo, de perdida”.
Tercera conversación. Es con Ramón Segura, su hombre de confianza, coacusado junto con Pancho Colorado y Panchito Colorado Cebado, en un intento de soborno a un juez de la Corte de Austin, Texas, para reducir la condena del empresario.
Le dice Pancho Colorado:
“… tienen que llevar unas hieleras a fulano, a zutano, perengano, tienen que ir Ramón a tal parte a ver a fulano, zutano y a perengano, Panchito tienes que ir a ver al senador este y al senador este que es el…”.
Clarísima la relación entre Héctor y Pepe Yunes con el narcoempresario, lavador de dinero de Los Zetas, blanqueador vía la compra de caballos cuarto de milla.
Héctor Yunes, el amigo de Manlio Fabio Beltrones, alias Don Beltrone, cerebro de la guerra de lodo en la campaña por el poder en Veracruz.
Pepe Yunes, el amigo de Luis Videgaray y José Antonio Meade, secretarios de Hacienda y Desarrollo Social en el gobierno federal.
Y en medio de ambos Pancho Colorado, el amigo de Héctor y Pepe, para ellos la “hielera” y el “marisco”, el dinero según la conversación registrada en la prisión de Bastrop.
Son sus relaciones. Son sus amigos. Son sus conectes para revertir licitaciones perdidas. Son los destinatarios de las “hieleras” y el “marisco”, lenguaje críptico, palabras en clave.
A Héctor Yunes, dice Pancho Colorado, hay que buscarlo para llevarle la “hielera”. “Y si no —agrega— manda alguien, el que sea, que, que les de la, la atención que sea Ramón que pero hay que darle dinero”.
Hay tres fotografías que no mienten. Es Pancho Colorado en el norte de Veracruz, saludando y abrazando a Héctor y a Pepe Yunes, presumiblemente en Álamo, en 2012, durante la campaña por la senaduría de Veracruz. Hay una testigo del encuentro: Erika Ayala Ríos, la senadora suplente de Héctor Yunes.
Héctor Yunes, en la conexión con el narcoempresario Pancho Colorado.
CON INFORMACIÓN DE: PLUMAS LIBRES.